Los poemas de Eduardo Cárcamo contenidos en Las cuatro estaciones son breves y
necesarios, palabras rítmicas que impregnan el alma, que nos contagian de un deseo de
armonía, a través del discurrir del tiempo, de los ciclos climatológicos, a veces, benévolos, a veces temibles y devastadores ocasionando catástrofes, dolor o penuria.
La naturaleza se muestra en estos versos como nuestro entorno vital al que debemos
amar y cuidar pues como un eco nos devolverá los efectos de nuestras actuaciones…